Cinco forjadores se capacitan en alta costura, gracias a la oportunidad brindada por Zunilda Gutiérrez, diseñadora de modas panameña y quien tiene su taller en Cali. César, uno de los jóvenes, dice que es algo hermoso lo que está viviendo y que es el punto de inicio para cumplir su sueño de ser diseñador.
César, de 23 años, está viviendo un sueño. Desde hace unos meses se capacita y realiza práctica en el taller de Zunilda Gutiérrez, una reconocida diseñadora de modas de Panamá, radicada en Estados Unidos, y quien tiene su empresa y marca en un barrio del oeste de Cali, Valle del Cauca.
El sueño de César, cuenta, empezó así. “De la oferta para estudiar me enteré por medio de mi profesora psicosocial del programa Forjar Oportunidades, quien me dijo que había una opción de aprender alta costura gracias a una oportunidad que estaba dando una diseñadora de modas. Yo sin pensarlo dos veces dije que quería postularme y el día de la entrevista me fui desde mi casa, ubicada en el oriente de la ciudad, a las seis de la mañana, pese a que la cita era a las diez. Cuando mis demás compañeras llegaron a hacer las pruebas yo hace rato había acabado”, relata casi riéndose este joven, de la comunidad LGTBI y nacido en Buenaventura.
“Me pusieron a manejar una máquina de coser y esto me dio mucha emoción porque mi sueño siempre ha sido ser un diseñador de modas, entonces esto es como un punto de inicio para cumplir mi deseo”.
César, entonces, espera vivir cada experiencia en el taller de modas como si fuera la última y aprovecharla al máximo. “A Zunilda Gutiérrez (propietaria) y a Zulma Sandoval (jefa de producción) las admiro porque le están apostando a los jóvenes y les están dando oportunidades. Para mí esto es como cuando tú le das un vaso de agua a una persona sedienta, y en este caso yo quería esto y lo soñaba, tenía sed del mundo de la moda. Estoy feliz y orgulloso, y espero no fallarles”, expresa.
Ahora, este forjador se ve en un futuro con una empresa de diseño de modas o de confección de distintas prendas. “En mi empresa aplicaré todo lo que estoy aprendiendo acá. En este momento, por ejemplo, estoy en el área de botones, los hago de diferentes tamaños, colores y texturas, pero también he aprendido a entretelar, de corte, a coser, sé diferenciar tipos de telas, cómo tratarlas, cómo plancharlas, cómo manejarlas, es decir, acá me han enseñado cosas que yo no pensé nunca que eran tan importantes”, asegura y añade que “a Forjar Oportunidades y a Compromiso Valle les digo que sigan dando oportunidades a los jóvenes. Esto es algo muy hermoso y se agradece mucho”.
Así como César, hay cuatro forjadoras más viviendo el mismo proceso en este taller de moda. Todos tienen la opción de quedar como empleados, si en algún momento los llegan a necesitar. De la misma manera, en lo que se refiere al programa Forjar Oportunidades, ejecutor de Compromiso Valle, actualmente hay 1135 forjadores y forjadoras en distintos procesos de formación, gracias a alianzas con actores estratégicos.
Las puertas que abrió Zunilda Gutiérrez
Zunilda Gutiérrez, quien ahora es un ejemplo para los forjadores y forjadoras, lleva en la industria de la moda mucho tiempo, pero apenas hace dos años decidió crear su propia marca. Lo hizo en Cali por el idioma, la tendencia, la materia prima y la mano de obra, pero también por oportunidades de la vida.
“Como empresa siempre he tenido claro en que hay que brindar la posibilidad a personas que de pronto no han tenido la oportunidad de haber estudiado en alguna institución, pero que como yo sueñan con el mundo de la moda. Y en la Fundación Sidoc y su programa encontré los perfiles de esas personas que tal vez podían a hacer parte de esta familia”, afirma Zunilda.
“Soy una persona que viene de una familia con bases muy humildes, de campo, de pueblo y creo que hay muchas personas que se quedan en ese mundo no porque quieren, sino porque no se les dan oportunidades. Eso es lo que queremos cambiar acá en mi taller y hasta ahora vamos bien”, dice y sonríe un poco.
Esta diseñadora de modas cuenta que ella y su jefa de producción, Zulma Sandoval León, están muy contentas con la decisión de capacitar a los forjadores porque “vemos a los chicos y chicas muy interesados, tienen muchas ganas de aprender, están enfocados, aprendiendo y con muchos sueños por delante. Los imagino a futuro trabajando o con sus propios emprendimientos y con una mejor calidad de vida tanto para ellos como para sus familias”.